
Son dias de gloria, se le acercan mujeres
es el rey de la bola, le regalan placeres,
una de ellas le quiso, otra le quiso hundir,
la tercera le hundio, le rompio el corazon,
y tambien le rompieron en mil trozos la rodillaen aquel final de liga en sevilla.
Y ahora se maldice se mira y se lamenta.
por ese dolor de espalda, de pierna y de alma.
Siempre me lamento, siempre digo que pena haber nacido tan temprano, y si mas tarde hubiera nacido seguro que mas tarde me hubieran engañado.
es el rey de la bola, le regalan placeres,
una de ellas le quiso, otra le quiso hundir,
la tercera le hundio, le rompio el corazon,
y tambien le rompieron en mil trozos la rodillaen aquel final de liga en sevilla.
Y ahora se maldice se mira y se lamenta.
por ese dolor de espalda, de pierna y de alma.
Siempre me lamento, siempre digo que pena haber nacido tan temprano, y si mas tarde hubiera nacido seguro que mas tarde me hubieran engañado.
Quijano - Balada del futbolista
Hace casi 4 décadas que paseó su talento innato, su dribling endiablado, su coraje de tez cobriza por el Camp Nou y los campos de la liga española, ayudando al Barça a ganar la temporada 1973-1974, incluído un 0-5 al Madrid en el Bernabeu.
Pero Hugo Sotil, el Cholo, ha sido tan grande que seguramente pasarán otros 40 años y seguirán búscandolo para entrevistarlo, cada vez que el Barça gane campeonatos, se recuerde el mundial del 70 o simplemente nos embargue la nostalgia por su juego para la tribuna, de fantasía.
¿Cúanto ganaría Sotil si jugara ahora? en esto tiempos en que un futbolista mediocre puede ganar millones de euros al año solo por correr y meter, seguramente el Cholo sería millonario, aunque ya es leyenda urbana sus andadas en Ferrari rojo, por la noche de Barcelona en sus años de gloria: Sotil lo derrochó en trago, malos amigos y mujeres, lo cual mermó su rendimiento. A los 30 ya tenía el físico de un veterano.
Es que además, era un jugador valiente que jamás le corría a la pierna fuerte: Sotil entraba a cada jugada para dejar todo en la cancha, sin pensar en jugosos contratos o cuidarse cuando jugaba para la selección peruana, a la que defendió en 2 mundiales.
Ahora Sotil pide una pensión de gracia, hasta hace unos años aún jugaba futsal y ganaba algo de dinero, pero sus sesenta y una lesión crónica a la rodilla solo le permite asistir a dar el play de honor. Tiene un hijo futbolista que heredó la quinta parte de su talento y todos sus vicios, pero le bastó para jugar en Polonia y al regresar ser tomado en cuenta en la liga local.
Ahora que escucho esta balada de Quijano, pareciera escrita para el genial y humilde cholo, aquél que pide ser enterrado con las sedas de la blanquirroja y del Barça, que le ganó en el salto al inmortal Figueroa -a despecho de su 1.69- para anotar e ir al mundial, que se escapó de Barcelona para jugar la final de la Copa América y marcar el gol del triunfo, que fue 500 veces más futbolista que aquellos limitados que ahora tienen su vida asegurada por unas temporadas em Europa pero no serán recordados ni en 5 años.
Pero Hugo Sotil, el Cholo, ha sido tan grande que seguramente pasarán otros 40 años y seguirán búscandolo para entrevistarlo, cada vez que el Barça gane campeonatos, se recuerde el mundial del 70 o simplemente nos embargue la nostalgia por su juego para la tribuna, de fantasía.
¿Cúanto ganaría Sotil si jugara ahora? en esto tiempos en que un futbolista mediocre puede ganar millones de euros al año solo por correr y meter, seguramente el Cholo sería millonario, aunque ya es leyenda urbana sus andadas en Ferrari rojo, por la noche de Barcelona en sus años de gloria: Sotil lo derrochó en trago, malos amigos y mujeres, lo cual mermó su rendimiento. A los 30 ya tenía el físico de un veterano.
Es que además, era un jugador valiente que jamás le corría a la pierna fuerte: Sotil entraba a cada jugada para dejar todo en la cancha, sin pensar en jugosos contratos o cuidarse cuando jugaba para la selección peruana, a la que defendió en 2 mundiales.
Ahora Sotil pide una pensión de gracia, hasta hace unos años aún jugaba futsal y ganaba algo de dinero, pero sus sesenta y una lesión crónica a la rodilla solo le permite asistir a dar el play de honor. Tiene un hijo futbolista que heredó la quinta parte de su talento y todos sus vicios, pero le bastó para jugar en Polonia y al regresar ser tomado en cuenta en la liga local.
Ahora que escucho esta balada de Quijano, pareciera escrita para el genial y humilde cholo, aquél que pide ser enterrado con las sedas de la blanquirroja y del Barça, que le ganó en el salto al inmortal Figueroa -a despecho de su 1.69- para anotar e ir al mundial, que se escapó de Barcelona para jugar la final de la Copa América y marcar el gol del triunfo, que fue 500 veces más futbolista que aquellos limitados que ahora tienen su vida asegurada por unas temporadas em Europa pero no serán recordados ni en 5 años.