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6.6.10

So pretexto de vida, so pretexto de amar

Las tardes de muertos eclipsan el bar
los deudos callaran su rabia y todo es por ti
pagando las noches d fusilamientos
gente desaparecerá...
¿en donde mierda estan?

So pretexto de vida, so pretexto de paz
so pretexto de amar, so pretexto de luchar
¡mentiras nada mas!...
las que escribe tu voz
.
Leuzemia - El Asesino de la ilusión


Hace un año la desidia del gobierno de Alan García desencadenó una matanza entre peruanos que hasta hoy se desconoce la verdadera magnitud de la misma: las cifras oficiales hablan de una treintena de muertos, la Defensoría del Pueblo presentó un informe incompleto y manipulado, el gobierno el mismo día inició una campaña de amedrentamiento y persecución: dirigentes asilados o recuperándose de sus múltiples heridas, medios de comunicación cerradas, periodistas presos; todo con la venia de los halcones de la política y propietarios de la prensa acostumbrados a recibir dinero en sobres manila o maletines.

A 365 días del día nacional de la impunidad, dar reflexiones pseudo-sociológicas acerca de "élites limeñas" que por fin darán una mirada a la selva olvidada, es dorar la píldora ante la matanza que existió, es olvidar que Alan García habló sobre ciudadanos de primera clase en el mismo instante que llenaban de balas el cuerpo de Manuin, es no recordar la responsabilidad de loa ex-ministros Simons, Cabanillas y la actual Ministra de Economía, intocable para los falsos líderes de opinión.

A 12 meses de la infamia, se insiste en campañas nauseabundas en contra de los dirigentes nativos, en ridiculizar a activistas que se encadenan en la Casa Blanca cuando el mayor asesino y ladrón de la vida republicana peruana se reunía con Obama, no descanzan en manejar las mismas "cifras oficiales" que hablan de una treintena de muertos, la mayoría polícias, para beneplácito de ex-periodistas metidos de analistas políticos, siempre sospechosos de colaborar con la CIA y otros esbirros.

Bagua no ha servido para un acercamiento entre el Perú oficial y el real, simplemente ha servido para corroborar qué, a pesar de las optimistas cifras macro-económicas, de las inversiones rebosantes, de ese aroma a primer mundo que emiten las vitrinas de los Centros Comerciales, seguimos siendo una República Bananera, donde los recursos naturales se rematan debajo de la mesa, las leyes se modifican para beneficiar al poderoso, nos gobierna un presidente asesino reincidente en matar ilusiones. Los Rancas que hace medio siglo denunciaba Scorza, ahora se llaman Bagua, siempre bajo los titulares de mercenarios Expreso o Correo.

Bagua también sirve para señalar al traidor o al mercenario, y separarlo del valiente que no teme salir a la calles para expresar su rabia, su buena memoria y su dignidad.





16.11.08

Soñaré que sueñas un sueño indiscreto

Que nadie me apague la luz,
para poder ver sus ojos
,
que nadie me apague la luz,

para poder ver la luz de su luz,

y la luz de su luz de esa su luz.
Daniel F - El hombre que no podía dejar de masturbarse








Burlando el olvido, los amantes se extrañan al unísono, amparados en la oscuridad de aquellas habitaciones de hoteles separados por miles de millas, allende los mares, capturando por un segundo el recuerdo de esas madrugadas junto al mar, escribiendo con las estrellas sus nombres anónimos.

Ahora que la vida escogió un aparente final distinto al soñado, los amantes se entregan al caballo blanco, en nombre de esas miradas luminosas que nunca se dieron, de esas palabras que se perderán en el viento del sur, y de esos besos que ya no tendrán refugio en cualquier rincón de sus cuerpos enamorados.

Los amantes recrean sus goces con la secreta esperanza de volverse a encontrar en algún sueño indiscreto, antes de despertar en un lunes rutinario, muy lejos de sus ojos.


Leuzemia - El hombre que no podía dejar de masturbarse




12.9.08

Sale en busca del invierno


El Hombre del otro Día

Un día se encontró un perro herido
lo abrazó y le dijo amigo
le dio sombra y un recuerdo
y todo lo ke había perdido
Daniel F - El hombre del otro día






Se adelantó al despertar del alba, como lo venía haciendo desde los idos de marzo, cuando escogió ese cuarto de barro como refugio durante una cotidiana tempestad.

Así había sido siempre la vida de éste hombre, nacido durante un día con luna creciente, de septiembre, marcado por bombas, aviones y muerte. Quizá por esa razón, su vida transcurrió entre sobresaltos, vueltas de tuerca tanática, virajes inesperado que a veces suponían adioses intempestivos, nuevas identidades, reinvenciones apuradas.

En la esquina de la habitación, dormían apaciblemente dos perros, dentro de una casa de cedro que él mismo había tallado. Esos nobles animales eran los únicos seres en la tierra que podían ver en ese hombre vestigios de humanidad perdida a fuerza de golpes secos contra la realidad.

El hombre llevaba ya ciento veinte días con su nueva identidad: era esta vez un pastor de ovejas que ocultaba sus heridas de guerra con una espesa barba gris, a pesar de no llegar a los treinta años. Aunque había preferido mantenerse como ermitaño, no podía evitar conversar con los vecinos labriegos, hablarles de la calidad de las semillas, el mejor tiempo para usar la buena tierra, o simplemente contarles historias fanstásticas de zafras en países perdidos en la búsqueda del futuro.

Pero eran más las veces en que se perdía por las callejuelas de su memoria, siempre evocando a una mujer, aunque a fuerza de sentir espectros en su piel, no sabía bien que recordaba, al final, todos sus recuerdos de amores perdidos se habían fusionado hasta formar una imagen de mil rostros y aromas, sean de gardenias, capulí o flores marchitas.

Esa madrugada, había despertado de un sueño maravilloso, y se dió cuenta que la muchacha con la cual soñaba desde hace ciento veinte días, que le ocasionaba sentimientos agradables al pensarla, escucharla, imaginarla; y que creía tan sólo una creación con retazos de recuerdos, era en verdad otra mujer: un espíritu, un cuerpo y un corazón nuevo, esperando por él.

Por esa razón, emocionado tomó a sus perros, cerró su refugio y partió, antes que llegue el alba, en busca de un sueño con forma y aroma de mujer celestial, desapareciendo en la densa neblina caprichosa del azar.

El Hombre del Otro Día - Leuzemia

23.7.08

Ella era extraña ...



Y en su mirada, detenia la alborada
me decia "soy una hada volare hasta tu almohada
a pintarte el corazon"

Yo pienso en tí - Fernando Ubiergo






- Mi recuerdo siempre la viste de negro.
- Ha pasado mucho tiempo yá.
- Pero ella está presente en cada canción que dejó.
- ¿Qué extrañas más de ella, acaso sus poemas?
- Eran sencillos, en especial el de su despedida ... pero nó, no es lo que extraño más.
- ¿su inteligencia?
- Recuerdo cuando visitó tu biblioteca y exclamó : "podría quedarme a vivir aquí"
- Ella tomó instintivamente un libro de Marcel Mauss ... sí, recuerdo perfectamente.
- Pero nó ... nó es eso lo que más extraño de ella.
- ¿Su belleza?
- Era menuda y de rizos perfectos, especialmente cuando sólo vestía su perfume ... pero nó, no es su belleza lo que más extraño.
- ¿Entonces?
- Extraño su mirada.
- ¿ Cómo era?
- No lo sé, por eso es lo que extraño más.


Leuzemia - Yo pienso en tí