17.4.08

Corazón animal de hombre imperfecto ...



Que el corazón animal
Que llevo de hombre imperfecto
Como un pájaro ha enrumbado, amor
Su anidar hacia tu pecho

Luis Enrique Mejía Godoy
- Amando en tiempo de guerra.


Aún recuerdo ese lejano 1997, era el crepúsculo de un 11 de septiembre, cuando tu voz salió de ese vetusto casette grabado en aquellos días de abril, en una Managua liberada de la tiranía somosista, pero asediada por el águila calva y sus secuaces.

Era 1983, una masa compuesta por campesinos curtidos por días de sol, guerrilleros con plomo en la sangre, estudiantes que gritaban rebeldía, unidos todos por la esperanza de ser libres. Y tú, Amparo, subiste al escenario altiva, sonriente, y los arrullaste como una madre para con sus hijos, con esa canción de Mejía Godoy, los consolabas con tu voz, y les dabas ese remedio del alma que es la música con sentido.

Ese cassette llegó a nuestras manos, después de viajar miles de kilómetros, sobreviviendo a las balas asesinas de traidores mercenarios y al tiempo implacable que sepultó muchos sueños y vidas valiosas. Pero tu voz y tu magia estaba intacta: emocionó los corazones de esos jóvenes locos que sobrevivíamos a duras penas esas épocas de confusión, donde se anunciaba el fin de la historia y pronunciar la palabra más hermosa jamás escrita era considerado un acto subversivo.

Tu voz, Amparo querida, quedó para siempre en mi memoria, y cuando llegaron esos tiempos aciagos donde la mayoría reculó, te recordé gritándome que ningún golpe es mortal, si no se teme a la muerte. Para mí, no estás muerta, jamás partiste ese día de 1994, cuando yo ni te conocía. Estás viva en esa semilla que dejaste y ahora recorre el mundo, junto a los más necesitados, como tú lo hubieras hecho.

Hoy, mi recuerdo siempre te viste de blanco, Amparo querida.


Amando en tiempo de guerra - Amparo Ochoa


1 comentario:

Carlos Augusto Pereyra Martínez dijo...

SU BLOG TROVADOR,una recuperacióm de la palabra de más abajo del sur Río Bravo, hecha verso y música. Qué bien la enseña por la figura de Vallejo, el poeta latinoamericano de mayor estatura, sin poner en desmedro a Neruda.

Carlos Augusto Pereyra M.
http://lajorobadelcamello.blogspot.com