31.1.08

No le engaña un Brigadier ...


Para el pueblo lo que es del pueblo
porque el pueblo se lo ganó.
Para el pueblo lo que es del pueblo;
para el pueblo liberación.

José Tcherkaski - Piero, Para el pueblo lo que es del pueblo




Esa noche del 2000, en medio de un verano que desistía en marcharse, la muchedumbre colmaba la plaza San Martín de Lima, harta de la parodia que significó aquella segunda vuelta, con un Fujimori victorioso con el 90% de los votos. Se respiraba una brisa de primavera democrática esa noche, con tantas personas que seguramente jamás se volverían a ver en sus vidas, gritando a viva voz su hartazgo de tanta corrupción, tanta impunidad.

Quizá entre esas decenas de miles de peruanos existían más diferencias que similitudes, pero en ese momento eran - parafraseando al poeta- un solo obstinado bloque de rabia.

- !Democracia, si!, !Dictadura, no!-

Y salió Toledo, fungiendo de improvisado líder, a cumplir su rito : saludó a las masas solemnemente, mientras tomaba la bandera nacional, ofreciéndola al infinito, para luego besarla con la pasión con que besa al primer amor. Solo los que alguna vez han visto esa parafernalia en vivo y en directo pueden comprender lo tragicómico de esa puesta en escena, ya que Toledo fue líder por accidente de un movimiento de resistencia al régimen que tardó años en madurar. Aunque resultaría mezquino no aceptar que en verdad el cholo se creía el personaje mesiánico que la coyuntura le obligó a vivir.

- Mi pueblo no se vende ... !carajo!- espetó, mientras las masas explotaban en júbilo.
- !Aquí, allá, el miedo se acabó!- gritaba la gente.
- Hombres y mujeres del Perú, ¡les presento a un demócrata! - exclamó con su voz engolada, un emocionado y extraviado Toledo.

¿Un demócrata?, se sabía que el Cholo necesitaba de la derecha para sobrevivir, así que el demócrata de marras debería de ser uno de esos patriarcas del Perú oficial, pero ¿Quién sería? ¿acaso un octogenario Belaúnde, o quizá un aristócrata Bedoya?.

De pronto, tras las bambalinas apareció una anciana figura, apenas lo reconocimos cuando empezó a parlotear con ese tufillo castrense sazonado con vodka: era el ex dictador, General (r) Francisco Morales Bermúdez.

- Jovenes ciudadanos, la democracia que mi gobierno devolvió, esta en peligro ...

La imagen era surrealista : ver presentado como un demócrata a un traidor profesional como Morales Bermúdez, un represor que deportó y encarceló líderes políticos y sindicales, que tiene las manos manchadas por reprimir huelgas de hambre a sangre y fuego, era demasiado.

Además, escucharlo decir que nos "devolvió" la democracia, que falacia: él fue obligado a convocar Asambleas Constituyentes debido al mayor paro nacional jamás registrado en la historia peruana, allá en el lejano 1977, y que al finales de los 80 transó con los sectores conservadores un clásico pacto infame a cambio de impunidad. Nó, era demasiado absurdo tal escena: se habían gastado demasiados zapatos, soportado muchas bombas lacrimógenas y uno que otro varazo para soportar tal infamia.

Un grupo de estudiantes sanmarquinos se mezclaron entre la multitud, gritando con tanta ira que en segundos miles hicieron suya esa indignación:

- !ASESINO,ASESINO,ASESINO,ASESINO,ASESINO,ASESINO,ASESINO!

El viejo dictador palideció, en verdad no esperaba tal recibimiento, quizá confiaba en que a los jóvenes que en su mayoría componía esa masa, les había surtido efecto la historia oficial que los textos escolares contaban a su medida. Olvidaba el vetusto dictador que la memoria colectiva supera toda celada.

- Jóvenes, la democracia está en peli...

- !HIJO DE PUTA, HIJO DE PUTA, HIJO DE PUTA,HIJO DE PUTA!

El viejo dictador enfureció, le hizo un gesto extraño a un Toledo más confundido que nunca que le rogaba calma, y concluyó su hipócrita discurso con palabras que ni el viento quizó recoger (quizá dijo Vivá el Perú, o algo así).

Ahora, un juzgado italiano pide su extradición por su ofidia participación en la Operación cóndor, al capturar exiliados políticos, perseguidos por los facistas regímenes argentinos y chilenos, en los aciagos años de finales de los 70. Las voces reaccionarias que buscan mantener su impunidad, incluído el presidente García, no se han hecho esperar, con excusas que van desde su avanzada edad hasta su etiqueta de demócrata.

El ex-dictador se ha refugiado en una cómoda amnesia senil, en una memoria cargada de olvido.Olvido que felizmente, no tenemos la mayoría de peruanos. La justicia tarda, pero llega, Brigadier.


Piero, Para el pueblo lo que es del pueblo



5 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Trova!! Paso a visitarte por tu nueva casita, me gusta mucho, es muy cálida y siempre abierta a los amigos. Gracias por invitarme a pasar por aquí.
Qué TRISTE época la de la dictadura militar. En Argentina fue MUY DÍFICIL, TRISTE Y TODAVÍA LAS HERIDAS ESTÁN ABIERTAS. No debemos olvidar para no darles la oportunidad de repetir la historia.
Saludos!!

Anónimo dijo...

cosas como esas y como las que por estos lares ocurren, son las que me asquean de la política !!!!
Gracias por la visita y por tu comentario ... estaré por aquí para leerte !
Un super abrazo mamútico

Unknown dijo...

Trovador, amigo,

Desde la distancia asistí con un doloroso escepticismo a la toma del poder por Toledo. Por lo visto y lamentablemente, ese escepticismo fue corroborado por los hechos posteriores.

Desde siempre, he odiado a los traidores y aún más a los que, saliendo del pueblo traicionan a su pueblo.

Si me permites te copio unas palabras tuyas, puede que ahí radique mucho de los males que nos afectan:

"Estudiar era pecado; clandestino era saber,porque cuando el pueblo sabe, no le engaña un Brigadier."

¿Cuándo, amigo, el pueblo sabrá lo necesario....?

Un abrazo.

Anónimo dijo...

Hola Trovador, Gracias por invitarme a tu nueva casita!

Q triste es todo esto...

Te dejo un abrazo

Anónimo dijo...

Hola amor, recuerdo cuando me contabas esto mientras caminábamos por la plaza San Martín, tal cual.


Ando por aquí leyéndote... y he decidido hacerlo desde tu primera letra sanmarquina hasta la última, espero no te incomodes.

Te amo! Clau.