20.11.08

Y sé que volverán sin amnistía


Bailando con los Van Van,
oyendo a Silvio y Pablito,

haciendo cola pa'l pan,
o compartiendo traguito.

Frank Delgado - La otra orilla







Le duele su isla, un ideal que no dejaron florecer soberana, sea por el acoso del carapálida, sea por la bota soviética, cortinas de hierro y guerras frías. Transcurrido medio siglo de revoluciones, bloqueos y absolutismo, en aquella su Cuba, existen miles de familias -incluída la suya- separadas por noventa millas de injusticia e incomprensión.

Él es un hijo de la revolución: veterano de guerra en terras pretas, trovador por convicción, ateo gracias a Dios, superviviente de un periodo especial con carencias solo vistas en países sitiados por el nazismo en la Segunda Gran Guerra.

Es un contestatario: dice que Silvio y Pablito cantaron la gloria de los días de zafra y alfabetización, pero a él le toca ser crítico implacable, pero sin traicionar sus convicciones, sin sacarse la casaca, luchando a cuenta y riesgo desde su orilla por recuperar el sueño perdido: el sueño de Maceo y Martí, de Ernesto y Camilo, del hombre nuevo.

Por eso, su trovar canta sobre las batallas de ideas, remesas perdidas, embajadoras del sexo, balseritos de alta mar, balseritos de baja tierra. Pero también lleva la palabra esperanza tatuada en sus acordes, con canciones que hacen de Frank Delgado un eterno retorno a la edad de la inocencia, cuando la palabra ideal tenia rostro y sentidos.


Frank Delgado - La otra orilla


8 comentarios:

AriaDna dijo...

la imagen es tremenda habla por si sola

ya se me actualiza tu blog!

un beso

Eria.. dijo...

Compartiendo un traguito, que se pasan mejor las cosas tistes y gran parte de la historia ( an diaria) lo es.
Besitos varios.

Silvia_D dijo...

Aquí tenemos a los de las pateras, hermanados por los sufrimientos con los balseros, ante la mirada impasible del mundo... mueren seres humanos y los demás sólo pensamos en cómo acabar con nuestro aburrimiento... que asco.

Besos, niño

Anónimo dijo...

Fue hermosa, Cuba. Fue grande... qué pena que ahora es sólo una triste caricatura de lo que fue.

Conocí un "nieto" de la revolución que llegó de business a nuestras tierras limeñas siendo gran triunfador en la américa yanqui con su melting pot y su political correctness. Mucho dinero y mucha soledad, en él y en su gringolandia. No era así la tierra de sus abuelos, caliente y amable... latina de corazón!

Gracias por tus lindas trovas en mi humilde blogcito!!!
Un besote,
Lore

Unknown dijo...

Cuba ohh Cuba muchas veces muestra una cara pero realmente no sabemos toda la verdad

gracias por la visita

bso!

MaRu-ShA dijo...

Bailando con los Van Van,
oyendo a Silvio y Pablito,
haciendo cola pa'l pan,
o compartiendo traguito... eres grande trobador! cuba que hermosa isla!

Carlos Augusto Pereyra Martínez dijo...

El buen revolucionario nunca deja atrás su casaca, sino que se refresca para estar dispuesto al libre examen, como el de su relato, compañero, Troba.

Un saludo fraternal.

Azucena Oré Vereau dijo...

MAESTRO DE MAESTROS. Para mí!