7.1.08

Le pondré la luna en el bolsillo


Campesino
Cuando tenga la tierra
Le pondré la luna en el bolsillo
Mercedes Sosa, Cuando tenga la tierra





5:00 pm.

Llego por fin, pero al ascender, viejos dolores asaltan mi cuerpo, hace tiempo aprendi a convivir con ellos y les doy bienvenida. Arriba me encuentro con centenares de osamentas, una encima de otra,distingo cráneos de todo tipo: braquicéfalo, dolicocéfalo, de adultos e infantes ... muchos infantes. ¿Será un nuevo hallazgo?, pienso, mientras apresuradamente saco mi libretita de campo para las primeras descripciones de rigor, sudoroso, no me había dado cuenta de ... quizá no quería hacerlo ... mis amigos me interrumpen:

_Deja tu libreta.

_Pero... deja que describa, luego le tomamos fotos y ...

_Deja tu libreta.

Detuve mi vista en ellos, estaban con la mirada en el suelo, como perdidos, fríos, algo grave había pasado y estaban a punto de decírmelo ... entonces observo a mi alrededor, veo en medio de los huesos, restos de diarios de los años 80, en tiempos del gobierno "demócrata" de Alan García, Sendero Luminoso y la guerra sucia. También distingo algunas bolsas de tocuyo, sandalias ...

De pronto, Chemo levantó un cráneo y me dijo : " Por su tamaño y sus suturas se trata de un infante de 4 a 7 años, por el arco superciliar quizá era varón, por su dentadura tuvo deficiencia de calcio en su dieta, quizá anemia" - Luego, como usando todas sus energías, concluyó: ... "por el orificio de bala en el parietal, fué un fúsil Fal, de esos que usa el Ejército Peruano ... quizá fue acribillado a unos 5 metros de distancia, seguro que el niño huía ... pero no pudo ... como le pasó al niño Remigio" .

Chemo se refería al niño Remigio, un entrañable personaje de Redoble por Rancas, pero no sabía de esa escena ... después recordé que Anibal le había prestado Garabombo, el invisible, el segundo libro de la saga, donde se relataba el infausto final del bienamado Remigio:

"– Este piojo, ¿quién es?

– Un loquito, mi alférez.

El Niño Remigio se agachó. Recogió una piedra. Avanzó.

– ¡Quémelo! – mandó el alférez.

El guardia lo segó con su metralleta.

Así se comprobó que el Niño Remigio padecía una enfermedad incurable porque la ráfaga que le destapó la mitad de la cabeza mostró que en lugar de sesos tenía una mata de geranios"
(Manuel Scorza, Garabombo, el invisible, capítulo 33).

En ese momento pude tomar conciencia de la realidad: los demás esqueletos presentaban las mismas carácterísticas del infortunado niño: tenían huellas de plomo en sus huesos astillados, aún quedaban harapos,también sogas, contamos 20,30,40 cuerpos ... no contar pudimos más, el ambiente se cargó de una mortal combinación de tristeza y furia.

6:00 pm

Iniciamos el descenso, esta vez con linternas, Juan José se anima a decirnos que decían esas canciones en Quechua :

"los sinchis matan a mis hermanos, los juntan a todos, varones, mujeres,niños, ancianos, uno a uno caen bajo las balas, a veces los dinamitan para ahorrar balas".

Quedamos en silencio, ahora veo que la mosca azul ya no me persigue, ella ya cumplió su objetivo, ahora podrán regresar a su cuerpo como al quinto día ... pese a la oscuridad, todo es claro, comprendimos nuestra misión ... tenías razón Chemo, jamás habíamos estado perdidos. Recuerdo un fragmento de Dioses y hombres:

En los tiempos muy antiguos, cuando un hombre
moría, dejaban su cadáver, así no más, tal como
había muerto, durante cinco días. Al término de
este plazo, se desprendía su ánima, ¡sío! diciendo.
como si fuera una mosca pequeña.

Dioses y Hombres de Huarochirí (1598)

Descanzamos, no hemos pronunciado palabra desde hace un par de horas. De los tres jóvenes que al salir el alba salieron de un pueblito de la sierra, hoy sólo el recuerdo queda, nuestra mirada era distinta, al igual que nuestro espíritu: una parte de nosotros se quedó allá, en el abismo, velando los huesos de nuestros hermanos.

12: 00 am

En nuestro refugio, sacamos la última botella de caña decente que nos queda y libamos, para que el dolor se sienta menos. Chemo pone el disco mítico abril en Managua, y de pronto, la potente voz de Mercedes Sosa nos devuelve a la vida, y tomamos sus palabras.


Mercedes Sosa, Cuando tenga la tierra





2 comentarios:

Héctor Cantú dijo...

Saludos el nombre de tu blog me trajo aquí...


No me considero Trovador pero soy cantautor.. te invito a que visites mi blog..

Es un blog musical...


http://hector-cantu.blogspot.com/

Anónimo dijo...

Qué fuerte este post :(

Hasta me ha dado ganas de una caña también, para que el dolor se sienta menos...

Te amo! Clau.