Si de mi voz florece la canción,
motivo de tu dar;
si de tus ojos nace la bondad
de abrirme en el verso un palpitar:
no me dejes ir.
Santiago Feliú - Para Bárbara
Ya no sentía la brisa aquella que un día entró por su ventana, sin pedir permiso en una tarde de julio, cuyo recuerdo el tiempo se encargará de cubrir con una incontenible tormenta de arena.
Ahora tenía la mirada detenida en un punto infinito, sin querer escuchar las palabras que aquel aire cargaba, con el cuerpo resistiéndose levitar a diez centímetros del suelo.
Entonces, suspiró un adiós, y cerró para siempre esa ventana, para que nunca vuelva a sentir en su piel ese viento del sur.
Ahora tenía la mirada detenida en un punto infinito, sin querer escuchar las palabras que aquel aire cargaba, con el cuerpo resistiéndose levitar a diez centímetros del suelo.
Entonces, suspiró un adiós, y cerró para siempre esa ventana, para que nunca vuelva a sentir en su piel ese viento del sur.
Santiago Feliú - Para Bárbara
3 comentarios:
Q bonito, la foto del ventanal me parece muy pacifica y la cancion es hermosa!
Un saludo, Trovador!! :)
Tienes el blog divino. La poesía y la imagen lo dicen todo. Barbára tiene suerte. Y tú también, no me gusta que hayas puesto el Trovador sin suerte, suena a pesimista ¿no crees? Besosssss
P.D: para dejar comentarios es un poco más lioso ¿no?
Sí que es casualidad que a ambos nos llegue la misma Brisa. No cierres la ventana, asómate y charlamos un rato. La Brisa en un buen conductor de palabras.
Publicar un comentario