9.4.08

Lápices de nubes


Junto a las cunas infantiles,

junto los tristes moribundos,
cuentan que velan los gentiles
seres con alas de otro mundo

Cita con ángeles, Silvio Rodríguez



Caminaba sin contar sus pasos, cuando en medio de la multitud, alguien le dijo que mirara al cielo. Nunca supo de donde vino en esa voz pues hace mucho que sentía que caminaba solo, sin reparar en las personas que iban y venían interminablemente, casi en círculos, en medio de esas calles desordenadas y el tráfico infernal, mas aún en esos días de falaz prosperidad.

Cuando alzó la vista, quedó extrañado en esa extraña nube dibujada como cortando de tajo el cielo que de pronto dejó de tener ese característico tono de panza de rata, pasando a ser un celeste que gozaba de buena salud. Era extraña esa nube - cúmulo, nimbo, no recordaba como llamarla - como un trazo de lápiz, o el rastro que algún ente u objeto había dejado en ascenso o caída. Le sorprendío de sobremanera que ninguno de esos anónimos transeúntes habían reparado en esa figura dejada en un inédito cielo, pero recordó que hace mucho que los seres citadinos no observaban el firmamento, como se hacía en antaño, para predecir el tiempo, el destino o simplemente soñar despierto; sí, había olvidado las palabras del viejo y sabio poeta :

"Para verme con los muertos yo no voy al camposanto,
busco plazas, no desiertos, para verme con los muertos,
¡corazones hay tan yertos, almas hay que hieden tanto!"
Siguío mirando intrigado la nube, llegando a la conclusión que le estaba marcando un lugar, y así, apurando el paso y esquivando los autos, acudío a su encuentro. Despues de una hora de buen andar, se internó en los laberintos de calles donde las viejas casonas de quincha, decadentes supervivientes de un pasado virreinal y aristócrata, agonizaban.

Continúo caminando, hasta que por fin esa extraña señal en el cielo le indicaba un lugar seguro en la tierra:

Era un camposanto ubicado en el corazón de esa ciudad marchita, construída en épocas donde a los patricios se les enterraba bajo tierra, sea en impresionantes tumbas donde el dolor era retratado, sea en mausoleos que guardaban los huesos de toda la estirpe, rodeados siempre de ángeles guardianes, enclaustrados en efigies de mármol, granito y demás.


Hace muchos años que no visitaba ese asilo de ángeles, también de Cristos sangrantes y de Marías acongojadas, incluso observó a un hombre pétreo, cabisbajo; quizá era un otrora ser alado que no recordaba donde habían ido a parar sus alas, o quizá el Dios de los cielos se las había expropiado por incumplimiento de contrato o algo similar.


Iba preguntarle, intrigado, sobre el paradero de su ajuar emplumado cuando, de pronto, escucho que le llamaban por su nombre, sorprendido volteó hacía la voz, que provenía del lado plebeyo del cementerio, donde los nichos se apretaban uno encima de otro.

cuando distinguió las figuras, reconocío en ellas a algunos de sus amigos olvidados, todos llevaban flores blancas y rezaban ante la lápida de un hermoso ser que había partido meses trás, de forma inexplicable. Una muchacha se le acercó, lo abrazó y le interrogó tantas preguntas como fuerna posibles en 20 segundos:

_ !hola amigo!, ¿dónde has estado?; gracias por venir ... es su cumpleaños, ¿cómo lo recordaste?, ¿cómo supiste que veniamos? -

_ Fué un soplo de algún ángel laborioso -

Silvio Rodríguez - Cita con ángeles






2 comentarios:

DI§TANCIA dijo...

Hola Amiguito

Me encanto este relato, de lapices de nuves muy bello y tan cierto, estos lugares son como museos, tan frios, pero tan coordiales con tanto silencio pero con voces internas, con tanta paz que duele estar ahi y la cancion de silvio simplemente maravillosa
Un beso mi genio sigue adelante con tus escritos
Muasssssss♥
DI§TANCIA

Unknown dijo...

Un ángel laborioso me despertó y en sus alas me trajó hasta aquí, su llamado no era inútil, gracias a eso te leí y muy agradable resultó. Las pocas veces que estuve en un lugar así sentí paz, pero también un frío que me caló hasta los huesos recorriendo mi espina dorsal en pausas eternas; también me preguntaba quién tenía en el momento necesario, la serenidad exacta para elegir un mausoleo, me lo pregunté y me pareció una locura pensar en ello, hasta que en el 2006, tuve que serenarme, buscar y decidir por algo similar. Ay...Yo solo venía a saludarte y mira lo que escribí. Felicidades por el texto, el blog, por el buenísimo gusto musical. Hasta siempre.