24.5.08

La melodía que me falta ...



Mi amor en tiempo de cólera
Penélope de mi Ulises
Mi agua pa' chocolate
Mi eternamente Yolanda
Eso eres tú
Piropos - Vicente Feliú





Era reacia a recibir piropos, obsequios; aunque conservaba los más entrañables en una cajita de música, regalo de infancia de sus abuelos paternos para que guarde en ella los objetos mas bellos que a lo largo de su existencia recibiese.

Desde entonces, esa cajita musical contenía - además de la bailarina de rigor - los objetos mas disímiles: rosas rojas ya marchitas, el primer poema que le dedicaron, con versos resaltados con tinta indeleble, su nombre grabado en un grano de arroz, una grabación casera de una canción de trova, y un mechón de cabello masculino, parte importante de un aquelarre fallido.

Un dìa, caminando una calle empedrada, enfundada en un vestido simple, pero elegante, que destacaba su delgada y espigada figura, a la vuelta de la esquina se encontró, frente a frente, con un hombre pequeño, diminuto, enjuto. Ella no pudo disimular su sorpresa y algo de temor ante ese pequeño ser, salido de una fábula medieval, mientras éste se le acercaba, sigilosa pero firmemente, mientras sacaba del lado derecho de su corazón, algo tan pequeño que apenas cabìa en la palma de su mano.

- Vengo de muy lejos, desde mi extensa morada, para entregarle mi prenda encantada, en señal de eterno agradecimiento, mi espacio sin fin - dijo el hombrecito, haciendo una reverencia.

Acto seguido, depositó en manos de la sorprendida muchacha un extraño amuleto, envuelto en papel seda. Al abrir el envoltorio, grande fue su sorpresa al encontrar un pequeño y finamente acabado unicornio, azul, de cristal.

Cuando la muchacha volvió a dirigir la vista hacía el hombrecito, él ya había desaparecido, dejando un suave aroma a incienzo en el breve espacio que una vez ocupó.




Miryam Quiñones, Piropos

1 comentario:

Marilia Navegando dijo...

Curiosa historia, con remembranzas de letras de SIlvio, ¿Por que has hecho este blog privadO? a mucha gente le guatria leerlo, bueno igual gracias por dejarme entrar.