6.7.08

Y no volví más ...



No hay nostalgia peor que añorar lo que nunca jamás sucedió

mándame una postal de San Telmo, adiós cuídate

y sonó entre tú y yo el silbato del tren.

Joaquin Sabina - Con la frente marchita



Y llegó al fin la muchacha - aquella mujer del puerto- donde se encontraría con su destino. Había corrido sin descansar, de un tirón, esas empinadas y maltrechas cuadras, que antaño sirvieron de refugio para la más rancia burguesía y emergentes colonias de migrantes de hablar cadencioso. Una vez llegado al viejo muelle de madera, con aquella vetusta corbeta, testigo de un pasado glorioso de combates ficticios, pudo al fin, encontrarse con aquél hombre, compañero de su soledad.

Él estaba allí, mirando al infinito, con el semblante adusto, casi convertido en estatua de sal, a merced de las gaviotas. Ella se acercó, empezó a otearlo, a reconocer su perfume; lo tocó, miró su bolso, lleno de extraños objetos de artesanía, que por semanas fueron pretexto de incontables anécdotas y aventuras de tierras lejanas, extrañas, ciudadelas perdidas.

Ella le susurró al oido todas las palabras que no alcanzó a decirle, pero no obtuvo respuesta: él prefería mirar al cielo, sin brillo en los ojos, sin ternura, sin vida, sin preguntas por absolver, sin sonrisa, sin seño , sin saña y sin ponzoña.

Y comprendió al fin, que él ya se había marchado en el último buque a vapor, pero había dejado su cuerpo, pesado equipaje, para hacer mas llevadero ese largo viaje de regreso a aquellas tierras de colores, de soles grises, de otoños.


Adriana Varela - Con la frente marchita

1 comentario:

i r i s e s dijo...

hay una canción de joaquín sabina. Donde él vuelve un año después a buscarla, al sgte verano. Y sólo encuentra una sucursal del banca hispanoamericano...

Ummm, será q a veces no es tiempo para que 2 personas estén juntas. A veces nunca es tiempo.

un abrazo.