13.8.08

Como tengo la tierra, tengo el mar

No country,
no jailáif,
no tenis y no yatch,
Sino de playa en playa y de ola en ola, gigante azul
abierto democrático:
en fin, el mar.
Tengo - Nicolás Guillén




Cuando miró a sus nietos sentir por vez primera la húmeda arena en sus dedos, y el sabor a sal de las aguas del oceáno, vedado antes en tiempos remotos, supo que había valido la pena haber nadado a contracorriente, jugándose la vida.

Sonrió al imaginar el destino de aquellos infantes: irán a colegios públicos, donde sabrán del alfabeto con niños de todos los colores, cultos y lenguas, para aprender junto a ellos la palabra libertad, sin mirarse como extraños, con recelo, ya que todo les pertenece, incluído el futuro.

Y de jóvenes, ellos podrán cantar, luchar y soñar, con la certeza que no existe yá el cártel que rezaba reserva en el derecho de admisión: caminarán todas las calles de Rinconada, sin tranqueras, bailarán en todos los salones sin temor a que los expulsen por su piel de ébano, y andarán el mar, en horario corrido, nó de cuatro a seis, ni de seis a nueve.

Ahora, él podía respirar esa brisa, quizá descansar o morir en paz.


Tengo - Pablo Milanés
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1 comentario:

Carlos Augusto Pereyra Martínez dijo...

Ese es el futuro que esperamos, TRoba, para toda latinoamérica. La hora en que el pan llegue a todas lñas mesas, como el saber y el conocmiento, también sea de todos.

Saludos dsde mi Joroba.