10.8.08

Você que inventou a tristeza ...


Apesar de você
amanhã há de ser outro dia.

Eu pergunto a você
onde vai se esconder

Da enorme euforia?
Chico Buarque - Apesar de você



En el país de lo absurdo, los viernes por la tarde, los cleptómanos se reunían religiosamente en los salones del Club Nacional, con sus mejores trajes, de preferencia gris y verde olivo. Gustaban tomar café express, algo de pisco de El Bolivariano, butifarras de El Cordano, mientras oían atentos a un obeso presidente, quien amparado en un viejo orden, prolongador del pasado, pasaba revista a sus logros gremiales:

- Las fosas comunes gozan de perfecta salud, nuestros recursos no renovables son magníficamente agotados, la prensa está impecablemente comprada y/o amordazada, las estadísticas son pulcramente manipuladas, la farsa del juicio a nuestro socio subió en rating, los derechos laborales son ínfimos, la educación gratuita está en proceso de extinción, el seguro social y la salud pública pronto serán una mala palabra.

- ¡Salud por nosotros! - gritó eufórico un cardenal, de verbo florido, especialista en crisis de rehenes y en derechos humanos.

Un viejo banquero observaba, desde el balcón, a esa inmensa mayoría desfilar apresurada, perdiéndose por los laberintos de esa ciudad gris, con smog en la sangre. De pronto, una imagen grabada en un muro le hizo borrar la sonrisa.

- Esa pared no estaba pintada hace una semana - dijo el viejo zorro, bisnieto de comuneros de Granada que ahora disfrutaba, agotado, la gran responsabilidad de ser el presidente vitalicio, a la sombra, desde el retorno a la demodura, sinónimo de dictablanda.

- Pero, ¿cómo?, ! Qué se borre de inmediato! - exclamó un calvo Ministro del interior, excelso ejemplo de incapacidad, quien en otra vida desfalcó el erario como Ministro de Hacienda, pero de eso ya nadie recordaba ahora.

Ellos no se dieron cuenta jamás que ese mural fue dibujado, trazo por trazo, por todos aquellos transeúntes, ignorados. Los señores no sabían que allá, a lo lejos, un pueblo anónimo se levantaba todos los días, a las cinco de la mañana, mucho antes que ellos, que ríen y lloran muy a pesar de ellos, y que luchaban todos los días, muy a pesar de ellos.

Así, los cleptómanos recordaron que, tarde o temprano, esos anónimos llenarán las calles y plazas, como hace una década, como hace cuatro lustros, indefectiblemente. No tuvieron otra salida que cerrar esa ventana, rojos de ira.


Chico Buarque - A pesar de você

1 comentario:

Carlos Augusto Pereyra Martínez dijo...

Algún día los muros serán pintados todos de blanco, como palomas en vuelo, para señalar que el camino a la libertad es un hecho.Su texto es un reflejo de los neodictadores, que manejan el poderdesde una democracia con disfraz.

Un abrazo sentido.