16.10.08

No eres tú, mi amor ...


Es musa mal parida,
es que no sé ni qué cantar,

No eres tú, mi amor...
No eres tú ...
¡Son los demás!

Santiago Feliú, Mi mujer está muy sensible







Los demonios del desamor habían convertido aquellas bocas que antes gritaban rebeldía en reproches y golpes al corazón. El dolor le paralizó la inspiración a ese amor, simplemente le desconectaron el respirador artificial que mantenía con vida algo imposible de ser.

- ¿Cúando dejé de ser el protagonista de sus cuentos? - se preguntó él.

- ¿Cúando dejé de combustionar sus sueños? - se preguntó ella.

Ambos pueden tener miles de excusas: la distancia implacable, el crack de la bolsa, el despido intempestivo, el tráfico eterno, la crisis de los treinta por llegar, esa sequedad en la garganta después de trocar el amor en sexo, luego de culpar a terceros, claro está.

Lo cierto es que en ese momento solo salían de sus bocas reproches, y el amor tan jurado durante madrugadas en cuartos de barro, imaginando el futuro juntos, se les extravió en medio de una neblina que lo cubre y enceguese todo.

Esa relación de dos no estaba en agonía, simplemente era un muerto sin partida de defunción.


Santiago Feliú, Mi mujer está muy sensible


7 comentarios:

Arkantis dijo...

Muchas gracias por tu bello poema en tu comentario...
Un besazo
te enlazo con mi blog

Silvia_D dijo...

... y lo que yo decía...

los muertos, acaban por oler...


Besos, amigo, precioso post, como todos los tuyos, gracias :)

Mar-Giverny dijo...

Genial post Trovador.
Un abrazo:-)

Anónimo dijo...

Muchas gracias por leerme y por tu comentario :)

Silvia_D dijo...

Besos y feliz domingo, amigo :)

Arkantis dijo...

Pasaba por aquí y te dejo un besazo y de nuevo gracias por ese bello poema

Carlos Augusto Pereyra Martínez dijo...

Hay amores que nacen muertos, otros llegan a la mitad del camino, y lo más son la parodia de la muerte en vida, porque perviven con los sentimientos yertos.