estropeando la vejez a oxidados dictadores,
y cómo cantaste Al Vent y ocupasteis la Sorbona
en aquel mayo francés en los días de vino y rosas.
Papá cuéntame otra vez que tras tanta barricada
y tras tanto puño en alto y tanta sangre derramada,
al final de la partida no pudisteis hacer nada,
y bajo los adoquines no había arena de playa.
Fue muy dura la derrota: todo lo que se soñaba
se pudrió en los rincones, se cubrió de telarañas,
y ya nadie canta Al Vent, ya no hay locos ya no hay parias,
pero tiene que llover aún sigue sucia la plaza.
Ismael Serrano - Papá cuéntame otra vez
y cómo cantaste Al Vent y ocupasteis la Sorbona
en aquel mayo francés en los días de vino y rosas.
Papá cuéntame otra vez que tras tanta barricada
y tras tanto puño en alto y tanta sangre derramada,
al final de la partida no pudisteis hacer nada,
y bajo los adoquines no había arena de playa.
Fue muy dura la derrota: todo lo que se soñaba
se pudrió en los rincones, se cubrió de telarañas,
y ya nadie canta Al Vent, ya no hay locos ya no hay parias,
pero tiene que llover aún sigue sucia la plaza.
Ismael Serrano - Papá cuéntame otra vez
No era mayo francés, ni tampoco primavera de Praga, pero a fines de los noventa Lima estaba en ebullición: cientos de miles de jóvenes salimos a las calles para recobrar la dignidad de un país prostituído por la mayor dupla de bandidos que ha existido jamás: los ahora presos por corruptos y asesinos Fujimori y Montesinos.
Salimos a las calles, sin importarnos las distintas represalias: dentenciones, expulsiones de las viviendas universitarias, apaleamientos o bombardeos de lacrímogenas y vomitivas. Éramos de distintas tendencias políticas pero con un solo sentimiento de indignación: fue muy dura la batalla y ante la aparente derrota, el podrido fujimontesinismo cayó como castillo de naipes por una delación desde sus entrañas corruptas.
Ahora, más de una década después, parece todo oscuro: los estudiantes que antes morían calcinados en Cantuta ahora son reemplazados por mineros abaleados en Chala, los asesinos de antaño son apañados por los demócratas de hoy, los defensores de asesinos ahora son congresistas con impune inmunidad parlamentaria que amenazan a los otrora estudiantes que una década atrás contribuímos a que su jefe mafioso ahora esté preso.
Pero no importa lo que digan asesinos, esbirros y tristes títeres sedientos de poder, podrán acusar sin pruebas, amenazar solapadamente, usar documentos fraguados, testigos falaces y cobardes, pero jamás intimidarán a aquellos que tenemos algo de dignidad, que podremos decir a nuestros hijos que un día estropeamos la vejez a oxidados dictadores, dejando la comodidad del hogar, cosa que jamás podrán decir aquellos que siempre los han defendido y hasta ahora viven a la sombra de ese cáncer social peruano que es el fujimontesinismo.
Si antes no tuvimos miedo al reglaje, la amenaza explícita de un asesino como Fujimori, menos vamos a amedrentarnos frente a un pobre señor que estrena ojeras ante el levantamiento por unanimidad de su inmunidad parlamentaria por la Corte Suprema, acusado de recibir dinero sucio por parte de Montesinos, siamés político de su adorado tirano.
Salimos a las calles, sin importarnos las distintas represalias: dentenciones, expulsiones de las viviendas universitarias, apaleamientos o bombardeos de lacrímogenas y vomitivas. Éramos de distintas tendencias políticas pero con un solo sentimiento de indignación: fue muy dura la batalla y ante la aparente derrota, el podrido fujimontesinismo cayó como castillo de naipes por una delación desde sus entrañas corruptas.
Ahora, más de una década después, parece todo oscuro: los estudiantes que antes morían calcinados en Cantuta ahora son reemplazados por mineros abaleados en Chala, los asesinos de antaño son apañados por los demócratas de hoy, los defensores de asesinos ahora son congresistas con impune inmunidad parlamentaria que amenazan a los otrora estudiantes que una década atrás contribuímos a que su jefe mafioso ahora esté preso.
Pero no importa lo que digan asesinos, esbirros y tristes títeres sedientos de poder, podrán acusar sin pruebas, amenazar solapadamente, usar documentos fraguados, testigos falaces y cobardes, pero jamás intimidarán a aquellos que tenemos algo de dignidad, que podremos decir a nuestros hijos que un día estropeamos la vejez a oxidados dictadores, dejando la comodidad del hogar, cosa que jamás podrán decir aquellos que siempre los han defendido y hasta ahora viven a la sombra de ese cáncer social peruano que es el fujimontesinismo.
Si antes no tuvimos miedo al reglaje, la amenaza explícita de un asesino como Fujimori, menos vamos a amedrentarnos frente a un pobre señor que estrena ojeras ante el levantamiento por unanimidad de su inmunidad parlamentaria por la Corte Suprema, acusado de recibir dinero sucio por parte de Montesinos, siamés político de su adorado tirano.
7 comentarios:
Hay una muy interesante expresión de Ortega y Gasset en “la rebelión de las masas” que dice “existir es resistir”, creo que es muy cierta. Existir es construir y para eso uno debe resistir los embates de lo uno, de lo común de lo dado.
Claro que uno es libre por hendijas, pero siempre se puede agrandar la grieta y ayudar a despertar a otros.
Saludos, buen blog.
Y menos mal que siempre hay gente que le arruina la vejez a los dictadores, es una pena, pero siempre habrá dictadores y siempre habrá jueces que le quieran cerrar la boca a los que luchan contra ellos y contra sus crímenes, ya ves lo que está pasando en España, los crímenes del franquismo quieren que queden impunes y para ello quieren hundir al juez que lucha por sacarlos a la luz, triste, muy triste, un beso amigo
Siempre habrá alguien, y ese alguien es el pueblo, que tiene memoria, y no olvido para lo que han hecho las tiranías. Un abrazo fraterno. carlos
No seremos víctimas.
Te amo.
No hay que olvidar...
Muchos besos!!!!
gracias por recordarnos que debemos dejar de acostumbrarnos..no podemos olvidar!!!...un abrazo gigante!!..siempre un placer leerte =D!...
Hechizera.........
No se olvida, se mantiene en la memoria y se arremete con mayor violencia ante los corruptos, por el pueblo, por el bien.
Un abrazo hermano trovador!
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