Chiquilín,
dame un ramo de voz,
así salgo a vender
mis vergüenzas en flor.
Baléame con tres rosas
que duelan a cuenta
del hambre que no te entendí,
Chiquilín…
Chiquilín de Bachín - Piazzola/Ferrer
Después de muchas lunas, los otrora amantes se encontraron, cerca al viejo sillón de la taberna del malecón, la misma que tiempo atrás fue su refugio en esa ciudad de sol húmedo.
Durante unos minutos, estuvieron en silencio, con preguntas y respuestas encerradas en monosílabos, hasta que ella miró hacía la ventana y divisó a unos niños rodeando turitas, vendiendo flores y carricohes de miga de pan.
- Esos patuchitos mendigos son pesados, siempre pidiendo plata, afean la vista del boulevard - dijo ella, terminando el primer lark de la noche.
El se sorprendió ante sus palabras, suspiró un poco para responder con calma:
- Ellos no desean malograr tu lindo paisaje, solo buscan sobrevivir - dijo sonriendo, pero la mirada seria.
Ella acusó el golpe, y respondió, nerviosa.
- Pero no quiero darles limosna, no ayudo en nada si lo hago.
- A veces basta preguntarles como están, invitarles algo de comer, hacerles sentir que no los ignoramos, que no están solos, interesarte en ellos.
- ¿Bromeas? estas loco...
- Es en serio, lo peor es la indiferencia. Todos somos culpables de que esos niños mendiguen en la calle.
- Pero no tengo la culpa de sus desgracias familiares, ni de este sistema de mierda.
- Somos responsables, de una u otra forma, hasta los que dicen que no tienen la culpa de nada, y nada hacen.
- Tú y tus ideas comunistas, nunca cambiarás.
- Felizmente no lo haré. ¿cómo te defines tú?.
- Soy socialista-capitalista.
El se contuvo para no responderle, había viajado muchas millas en son de paz y no quería iniciar una discusión estéril, como tantas otras veces antes del primer adios. No, aún la amaba, y estaba empeñado en luchar por salvar ese amor, aunque ella tomara una actitud incomprensible.
En verdad, no la recordaba así, podía comprender su desdén, pero no su indolencia; ahora, hasta su sonrisa había cambiado, ¿a tanto podía llegar el desamor? ¿era la misma mujer que lo dejó todo para hacerle el amor en una precaria casa de barro, entre ruinas y humildad, lejos de la ciudad del malecón?.
Pero fué en vano, ella tenia puesta una careta de arcilla y al cabo de unas horas empezó, por generación espontánea, a aflorar de nuevo los reproches: sus diez errores aprendidos de memoria, recitados, uno por uno, desde lo mal que miraba cuando se molestaba hasta su no te dejas querer que le espetó un día.
Luego de una escaramuza de palabras hirientes, los otrora amantes abandonaron la taberna en compañía y a la vez solos.
Al salir, uno de los niños de las flores se les acercó.
- Señor, cómpreme una rosa para su enamorada, no sea malito!.
- ...
El quedó en silencio, con una media sonrisa, pensando en la ironías del destino, un constante deja vu.
- Pero, ¿por qué lo ignoras? pregúntale como está, como se siente, al menos cómprale una - dijo ella, interrumpiendo su pensamiento, con sarcasmo.
- Es que son naturales, tu mereces rosas de plástico.
Chabuca Granda - Chiquilín de Bachín
16 comentarios:
Pues la verdad es que muchas veces, cuando se cae la venda del amor... aparece cada monstruo que...
Besicos
Hola Harry! Te echábamos de menos. Ya veo que te gustan los urkitos. Ellos ya reconocen muchas canciones, no sólo de Silvio, claro, pero fundamentalmente.
Ah, ya he votado por el Partido de Sueños.
Un abrazo. TERIURKA
Estos chiquilines que mueven sentimientos tan contrarios, son niños llenos de ternura, me hiciste recordar a uno con el que siempre compartíamos charlas y juegos, como bien dices lo peor para ellos es la indiferencia.
Ahora me quedará el tema sonando en mi cabeza...dame un ramo de voz chiquilín de bachín...
Besos:)
ay! niño... Harry, mi niño...
esa ultima sentencia te salió del alma.-
Enterito como siempre.
Cuando sólo afloran reproches... ufff!! ¡qué buena la última frase!: irónica y cortante.
Aunque haberle comprado una rosa al niño, sólo por ver una sonrisa en su carita (sin regalársela ella)
Besos, trovador perdido; nunca olvidado
Como no dejar la voz, si se me parte el corazón,
que terrible discusión,
el alma se me agrieta
y otras veces se endurece.
No te dejes engañar por una careta
aunque una mujer fuese.
Una vez ( y no se si haga bien en contarlo, pero), una vez al bajarme del transporte me encontré con un niño sentado en la vereda acurrucado en una pared él y su bolsa de caramelos, eran las ocho mas o menos y la indiferencia de la gente era más gélido que el húmedo invierno. El niño no vendía, tal vez por ser temprano (pienso yo) o planificaba la ruta que el día le llevaría, tal vez solo tenía hambre pero claro él a nadie se lo decía.
Entonces fui a la esquina donde a veces me compro el desayuno y ese día compré dos, (que mal que haya sido solo ese día pues no lo he vuelto a ver). Le di unas monedas y unos panes. El me regaló una sonrisa muy breve pero sincera y un tímido gracias señor.
No le solucioné la vida, ese niño si aún vive seguirá caminado por la calle, hasta muy entrada la noche, como muchos que viviendo en los extremos de la ciudad, (yo no se ni como hacen para irse a casa cuando ni transporte hay, otros simplemente buscaran en la calle algún lugar para dormir).
Sin embargo dentro de lo miserable que me sentí, me reconforté con esa carita sucia que me mostró sus dientes agradecido (un dolor en la panza menos me dije yo).
Pero hoy he vuelto a recordar la historia que me contó una vez mi papá, cuando de chico salió de Huancavelica y se vino a Lima, trabajó en la calle, lavó autos, y al hospital fue a dar, cayó enfermo de la tuberculosis, pero alguien (yo nunca supe quien) lo ayudó, luego al salir siguió su camino, mi viejo no se murió, aprendió a tocar la guitarra y terminó de estudiar con canciones de esquina, y del colegio a los 21 terminó, lo que siguió es una historia que otro día he de contar.
Pero gracias amigo por hacerme reflexionar.
No juzgues a ese amor, enséñale, si ella comprende, entonces valdrá mucho más.
Un saludo.
Qué difícil es querer salvar lo inevitable...
Qué mejor respuesta a tanta ironia.
como siempre......es un gusto leerte y disfrutar, en este caso, semejante canción!!!!!!!!!
graciassssssssssssss
un abrazo
A cada quién lo que le corresponde, ni más ni menos... no queremos agrandar ni volver insignificante el verdadero valor.
Un abrazo hermano trovador!
Cactus de dura soledad y desprecio es lo que merecen algunas personas. ¡Ah! pero la vida es larga, amigo Troba, y, como dice la canción, "arrieritos somos...".
Besucos.
jajaja, rosas de plastico, pero por k rosas de plastico? por k ya no era igual, o por que era "socialista-capitalista", (k raro termino), en fin, buen post, amigo,
en lo personal yo me considero de pensamiento libre, toda aquella idea que no puede ser plasmada en la realidad no sirve de mucho, asi las intensiones sean buenas. saludos, y ahorita te repondo el mail que me enviaste.
saludos
Muy interesante tu historia... entre encuentros y desengaños... darse cuenta de como es la otra persona lejos de las idealizaciones... así como las caretas de barro, las bendas caen y hay que poner cada cosa en su lugar...
Saludos
Siempre trato de aprender algo de los niños!!!
Pregunta,
Hay alguna canción de Silvio o de Pablo Milanés que hable sobre segundas oportunidades en el amor?
Te consulto, pork se que eres un experto en el tema...
Saludos!!!!!
Muy buena entrada, como siemrpe tocando el corazón
Un abrazo apretadito:-)
Saludos....me gustó este espacio...seguiremos acá...
Directo a la mandibula ese "mereces rosas de plástico". Un saludo fraterno, compa.
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