11.5.08

Entre tí y el horizonte ... la primavera volverá





(1)


Entre ti y el horizonte mi palabra está primitiva
como la lluvia
o como los himnos
porque ante ti callan las rosas y la canción

Carlos Oquendo de Amat, Madre



Estaba pegado a ella, como una enredadera, pegado a su cintura, en ese lejano lugar donde el destino los llevó muy cerca del cielo gris, propio de town minera. Era el primer día de clases y el infante que algún día fué - y que en cierta forma nunca dejará de ser - tenía el típico temor de quedarse solo, entre tantos niños distintos pero iguales, desconocidos; y esa señora en gracioso mandil que le sonreía, a pesar del frío.

El infante persistía en la intención de no separarse de ella, hasta que la joven mujer lo miró a los ojos, pellizcó sus rojas mejillas mientras lo besaba, le hacía recordar aquella fiesta infantil donde él, en impecable terno azul, era el anfitrión entre confeti, papel picado y mazamorra morada.

- ¿será igual que en mi santo? - preguntó el infante -
- sí, el mundo es siempre una fiesta - respondió ella -

Carlos Oquendo de Amat , Madre

Madre, en tu día, no dejamos de mandarte nuestro amor.
Madre, en tu día, con las vidas construimos tu canción.
Silvio Rodríguez, Madre



Reza el cartél, que Silvio Rodríguez compuso esta trova conmovido por las noticias que le llegaban desde el Vietnam asediado por tres mil pájaros grises, donde en pleno día de la madre, centenares de jóvenes de las Brigadas Ho Chi Minh ofrendaron sus vidas, desactivando minas en el puerto de Haiphong.

Canción conmovedora, la hacen suya también todas aquellas mujeres, en cualquier lugar del mundo, que pasaron infinitas noches de desvelos, esperando noticias del hijo ausente, sea en el frente de batalla, en la necesaria insurgencia, o detenido por las diferentes milicias prolongadoras de un pasado ominoso.

Son aquellas madres cargadas de amor filial, que rastrearon sus paraderos incansablemente, sea en delegaciones, hospitales e incluso la morgue, cegadas por una fé que les impedía recular. Incluso hasta el día de hoy esperan la llegada del hijo pródigo, que mantienen su habitación intacta y no han repartido sus ropajes, con la convicción que un día, la primavera volverá.


Silvio Rodríguez, Madre

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2 comentarios:

Unknown dijo...

Como siempre, has dado en el clavo!
Yo también pensaba en esta canción.

Tu concierto ideal, espléndido. Oye, le podríamos proponer hacer uno en algún punto de los Andes que tu consideres adecuado o idílico, no? Nosotras nos apuntaríamos en la medidad de lo posible !!!

Eso que preguntas para contactar con nosotras, pues ya contactas con todas ( Olivia, Nuri, yo misma Tere ) en el blog o en nuestro correo de

silviorodriguezpuntog@yahoo.es

,puesto que es de todas y vamos, como se dice, todas a una !!!

Contentísimas de tu reaparición. Un gran abrazo. Nos seguimos visitando.

TERIURKA

Carlos Augusto Pereyra Martínez dijo...

ADmiro su cultura musical, y especialmente, el respeto que muestra por la Nueva Trova Cibana. Después de Silvio quién sabe...

Carlos Augusto Pereyra M.